Declaración de fe
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Evangelio o Suerte
¿EVANGELIO O SUERTE?
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, asiste fielmente, ofrenda bien, saluda a los hermanos, visita a los enfermos, ora a menudo, estudia la Biblia, ayuda a los pobres, reparte tratados, y nunca dice "Que no" al ministro, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3:16 con ciertos arreglos necesarios).
Entonces, ¿eres salvo? Alguno contesta: "Hermano, la verdad es que no sé, porque yo soy un cristiano flojo y bastante débil. Puede que otros hermanos ... pues, pensándolo bien, creo que muy pocos de la iglesia donde yo voy se van a salvar. Como dicen por allí, "qué Dios nos coja confesados".
¿Será el evangelio así de malo? ¿Será que Dios nos tiró una Biblia y dijo, "¡Buena suerte!"? ¿Nos mandará Dios al infierno porque no hicimos, ni supimos, ni vivimos lo suficientemente bien. Supongamos que, evangelizando, preguntamos a una señora, "¿Eres salva?" la inconversa piensa y nos pregunta, "No sé, pero dime, ¿ustedes son salvos?" Nos miramos uno al otro y le confesamos, "No creo". Al cerrarnos la puerta, dirá, "¡Qué lindo!"
Creer y decir, "Ojalá que Cristo venga cuando estoy orando, o tan siquiera cuando estoy en la iglesia, o en uno de mis días buenos" es un concepto diabólico. El engañador quiere convencernos que la salvación es por obras, y por ser insuficientes, dudar de nuestra salvación y, en un momento de desesperación, rendirnos. Algunos ministros ayudan al diablo por poner en tela de juicio la salvación de los hermanos débiles de la iglesia. Cada domingo les dan otra pela, diciendo lo malo que son, robando el gozo de la iglesia. Vamos a hablar, vivir y actuar como gente salva.
Pablo trabajó tanto por la iglesia porque era salvo, no para ser salvo (1 Cor. 15:10). La gracia quiere decir "favor no merecido". Somos salvos debido a un favor que nunca mereceremos de un Dios que justifica a los impíos y a los débiles (Rom. 4:5; 5:6). La salvación es un regalo (Rom. 6:23). El que más hace por la iglesia no lleva ventaja en salvación al que menos hace. La seguridad está en Cristo, no en las obras. No es un negocio. Es un evangelio de la gracia de Dios (Hechos 20:24) y no de lo bueno que nos comportamos.
Cuando alguien se bautiza, en lo que se cambia de ropa y sale a recibir los saludos de los hermanos, pueden pasar unos 10 minutos. ¿Todavía es salvo? ¿No sería mejor matarlo cuando sale del agua para que se salve con más seguridad? No, porque la salvación es por gracia y la misma gracia que lo salva por los primeros diez minutos, lo salvará durante los próximos diez años. ¡El evangelio verdadero da gozo!
Había un señor muy pobre cuyos padres residían en España. Sucede que algunos familiares le enviaron un pasaje para que fuera a España en un crucero de gran lujo. Todos los días a la hora de comer, había una comida espléndida en el restaurante del barco, pero el señor siempre iba a su cabina y comía galletas con queso. Al desembarcar, el capitán le preguntó de por qué no los había acompañado en el restaurante del crucero. Dijo el viajero, "Es que soy muy pobre y no tengo dinero". Le contestó el capitán, "Hubiera comido con nosotros porque la comida estaba incluida en el costo del pasaje".
No puedes ni ganarlo ni aportar nada. La salvación es gratis. Cristo lo pagó completo. ¡Por eso se llama EVANGELIO porque es buenas noticias! (elmer@caribe.net)