Declaración de fe
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¿Eres Libre?
¿ERES LIBRE?
¿Qué es libertad? Hay tantas respuestas como hombres en el mundo. Para unos significa la ausencia de ataduras humanas. Otros encuentran la libertad en la democracia. Para muchos, la libertad es poder decir y hacer lo que mejor les parece. Para otros no estar esclavizado.
¿Qué dice la Biblia sobre la libertad? "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn 8.31-32). De acuerdo con las palabras del Maestro, la libertad del hombre se encuentra en la verdad de su evangelio.
La mentira es el antónimo de la verdad. A través de los tiempos, la debilidad del hombre lo ha llevado a mentir como Abraham mintió diciendo que Sara era su hermana, por temor a que el rey de Egipto lo matara para quedarse con Sara (Gén. 12.11-16). Los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Apoc. 21.8). La libertad es sinónimo de verdad en toda su esencia. La verdad a medias, no libera al hombre de sus pecados.
Muchos se convierten en esclavos de los vicios. El licor, el tabaco, las drogas, etc., una vez se posesionan del ser humano se le hace muy difícil liberarse de ellos. Le hemos predicado el evangelio a un hombre quien dice que no va a la iglesia porque fuma, y se le hace muy difícil dejar ese vicio. Prefiere que el vicio lo lleve al infierno, antes que luchar contra el apetito carnal para liberarse de la atadura del vicio. Siente la misma fustración que Pablo. En Romanos 7:15-25 el apóstol Pablo, todo un apóstol, confiesa lo difícil que se le hace vencer la carne. El verso 19 dice: "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago, y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi." Lo que es imposible para los hombres es posible para Cristo. "De cierto, de cierto os digo que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado" (Jn. 8.34). "Así que, si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres" (Jn. 8.36).
La libertad es Cristo, porque El vino a romper las cadenas con que nos tenía atados Satanás. Cristo vino a dar la libertad a los presos que estaban encadenados a sus delitos y pecados. Vino a dar al hombre una nueva oportunidad para vivir una vida nueva, distinta, con la autoridad para decirle que NO al pecado. Según la fe y la santificación van creciendo en el creyente, las costumbres pasadas van desapareciendo, pero es necesario una decisión firme. Las cosas valiosas requieren gran esfuerzo y dedicación.
La libertad en Cristo no compara con ninguna otra cosa a que pueda aspirar el ser humano. Todo lo que tenemos que hacer es escuchar su voz, aceptar su invitación, y obedecer su palabra. Conocer la verdad no es suficiente para alcanzar la libertad. Sin la obediencia al Evangelio, nadie tiene libertad completa.