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¿A quien vas a seguir?

¿A QUIEN VAS A SEGUIR?

¿A Quién sigue usted?

¿Alguna vez se ha preguntado por qué hay tantos grupos religiosos que se llaman a sí mismos "cristianos"? Estos grupos practican muchas formas de culto. Todos se creen cristianos. Antes de morir en la cruz, Cristo oró a nuestro Padre en el cielo: "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste. Y yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean consumadamente una cosa; que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también á mí me has amado". San Juan 17:20-23. ¿Podría ser que la oración de Nuestro Señor haya fracasado? ¿O será la humanidad que, en realidad, ha fracasado en seguir la voluntad de DIOS? El Antiguo Testamento está repleto de ejemplos de la manera en que Israel seguía detrás de otros dioses. El profeta Jeremías relata la queja de DIOS: "Ovejas perdidas fueron mi pueblo: sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron: anduvieron de monte en collado, olvidáronse de sus majadas" (Jeremías 50:6). ¿Ha cambiado la humanidad tan completamente desde que nuestro Salvador volvió al cielo después de su muerte en la cruz?

El apóstol Pablo escribió: "Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados a una misma esperanza de vuestra vocación: un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros" (Efesios 4:4-6). ¿Si es verdad que hay sólo un cuerpo de Cristo, la iglesia, entonces cómo puede alguien saber que sigue la voluntad de DIOS? La Palabra de DIOS nos puede indicar el sendero verdadero a seguir. No ha cambiado; continúa llamando a los pecadores a la vida eterna en Cristo. Nuestro Salvador nos recuerda: "Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:13-14). El apóstol Pedro recordó a los judíos de la proclamación que DIOS hizo con respecto a su Hijo: Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de vuestros hermanos, como yo; a él oiréis en todas las cosas que os hablare.Y será, que cualquiera alma que no oyere a aquel profeta, será desarraigada del pueblo" (Hechos 3:22-23). ¿No deberíamos seguir nosotros a Jesús en lugar de seguir a pastores perdidos?

¿Cuándo debemos escuchar a hombres que enseñan la Palabra de DIOS?

Pablo advirtió a la iglesia de Corinto que no debería caer en el error de permitir la competencia entre distintos maestro humanos para luego elegir entre ellos: "Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque me ha sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo cierto soy de Pablo; pues yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Está dividido Cristo? ¿Fué crucificado Pablo por vosotros? ¿ó habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" (1 Corintios 1:10-13). ¿Somos hoy diferentes o sigue siendo la competencia la razón de toda la división en el mundo cristiano? Pablo advirtió también contra el peligro de ir más allá de lo que está escrita en la palabra de Dios: "Esto empero, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros; para que en nosotros aprendáis á no saber más de lo que está escrito, hinchándoos por causa de otro el uno contra el otro" (1 Corintios 4:6). Aún hoy algunos hombres siguen la mala enseñanza de otros hombres por el solo hecho de que ellos son líderes en la iglesia, oradores excelentes, o porque son considerados como personas de buen corazón. No hubo jamás hombre alguno con más autoridad que los apóstoles de Cristo. Sólo él tenía más autoridad que ellos. En el relato de los Hechos de los Apóstoles, se elogia a los judíos de Berea por haber verificado en las Escrituras la veracidad del mensaje que recibieron: "Y fueron estós más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así" (Hechos 17:11). ¡Aprendamos de este ejemplo! Los judios de Berea volvieron a la Palabra de DIOS para determinar si Pablo les decía la verdad. ¿Somos tan insensatos (o majaderos) como para poner en juego nuestra vida eterna siguiendo ciegamente las enseñanzas de otros hombres sin verificarlas?

Quizás la humanidad en la actualidad carezca del tipo de fe que Jesucristo deseó para nosotros. Si creyéramos realmente en el mensaje de Cristo, estudiaríamos su Palabra como si nuestra vida dependiera de ello. Nosotros no deberíamos estar tan dispuestos a aceptar la palabra de otros hombres aun cuando en ellos confiemos.

Ellos a su vez pudieron haber confiado en personas equivocadas. Jesús nos dice cómo Dios nos evaluará: "Yo la luz he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Y el que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido á juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero" (Juan 12:46-48).

¡Adoremos y reverenciemos sólo a DIOS!

Los grupos religiosos a lo largo de los tiempos han elegido venerar, y orar a otros hombres, mujeres, espíritus e incluso ídolos sin vida. Nuestro Salvador Jesucristo, explica: "Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás (Mateo 4:10). Aun hoy hay hombres que inclinan las rodillas ante otros hombres como si ellos fuesen dioses. El apóstol Pedro no permitió a Cornelio arrodillarse ante él en señal de reverencia. "Y cuando Pedro entró, Cornelio salió á recibirle; y arrodillándose a sus pies, lo adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate; yo mismo también soy hombre" (Hechos 10:25-26). Hoy algunos hombres que usan títulos espirituales tales como Padre, o Pastor. Jesús condenó tales prácticas. "Y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí, Rabbí. Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos.Y vuestro padre no llaméis á nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se ensalzare, será humillado; y el que se humillare, será ensalzado" (Mateo 23:7-12). Algunos hombres creen que ellos tienen autoridad para cambiar la Palabra de DIOS. No hay hombre que tenga tal autoridad. "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre. Porque Toda carne es como la hierba, Y toda la gloria del hombre como la flor de la hierba: Secóse la hierba, y la flor se cayó; Mas la palabra del Señor permanece perpetuamente. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada" (1 Pedro 1:23-25). La Palabra de Dios es completa y eterna como su amor hacia nosotros. Jesús específicamente nos enseña cómo orar: Y les dijo: Cuando orareis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, sea tu nombre santificado.Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra (Lucas 11:2). Jesús mismo no nos dio ninguna otra indicación, y nosotros no debemos presumir que el hombre puede cambiar las enseñanzas de Cristo.

¿La religión creada por los hombres es aceptada por Dios?

¿Acepta Dios la adoración que parte de un corazón bueno, aunque no esté conforme a su Palabra? Jesús explicó a los judíos por qué no se debía venerar a DIOS de una manera diseñada por los hombres. Mateo 15:8-9: "Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón lejos está de mí. Mas en vano me honran, Enseñando doctrinas y mandamientos de hombres".

El culto distinto a como se enseña en el Nuevo Testamento no vale nada para DIOS. El sabe quienes son los que lo aman. "Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos. El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él; Mas el que guarda su palabra, el amor de Dios está verdaderamente perfecto en él: por esto sabemos que estamos en él" (1 Juan 2:3-5).

¿A quién seguirá usted?

Si queremos sinceramente seguir a Jesús, hay que seguirlo según la Palabra de DIOS. Así no seremos engañados por los que enseñan sin verificar bien que sus enseñanzas provengan del Nuevo Testamento de Jesucristo. Jesús sí es digno ser seguido.

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