Declaración de fe
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En Cristo hay libertad
En Jesucristo hay libertad del mundo oculto
Uno de los encuentros cara a cara con las fuerzas del mal, la tuve en una vigilia de jóvenes realizada en una iglesia presbiteriana, al norte de Buenaventura. Ocurrió sobre las cuatro de la madrugada. Una joven que había hecho pacto con el diablo, hizo evidente la presencia satánica en su vida, cuando comenzamos a orar. Dos pastores más, y yo, nos dispusimos a invocar a Jesucristo sobre su vida. La liberación de los demonios tardó tiempo. Aunque no pasaba de los dieciséis años, tenía una fuerza descomunal bajo la posesión demoníaca. Difícilmente podíamos contenerla.
Ese día mi mente racional, que no concebía esos asuntos de liberaciones o posesiones satánicas porque no lo habíamos tocado en profundidad cuando cursé la teología en el Seminario Bíblico, se abrió para reconocer que sí hay influencia de fuerzas ocultas en aquellos que han tenido contactos con Satanás o las diferentes manifestaciones de filosofías extrañas como en Ying Yang, el I Ching, el Feng Shui y toda suerte de enseñanzas de la Nueva Era.
El mundo oculto es real
El evangelio de Lucas relata la liberación de un joven endemoniado. “Y aconteció que al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud le salió al encuentro. Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo, y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu le hace caer con convulsiones, echando espumarajos; y magullándole, a duras penas se aparta de él. Entonces rogué a tus discípulos que lo echaran fuera, y no pudieron.” (Lucas 9:37-40. La Biblia de Las Américas).
Si leemos detenidamente el texto, encontraremos que el muchacho, dominado por la influencia demoníaca, manifestaba: primero, gritos; segundo, convulsiones; tercero, reacciones como náuseas y otras evidencias en su cuerpo; cuarto, heridas.
Pero algo más, el padre relata angustiosamente que: “...sucede que un espíritu se apodera de él”. Luego no era permanente. Era frecuente, pero no a toda hora.
Hay quienes interpretan este cuadro como epilepsia. Respeto su criterio. Podría ser probable si se tiene en cuenta que carecían de explicación para muchas enfermedades y las asociaban con demonios. Pero en este caso, es apenas comprobable que la fuerza del mal tomaba al chico y le desencadenaba esos cambios.
¿Cuándo se produce una posesión demoníaca?
La posesión demoníaca se produce cuando una persona abre puertas a las fuerzas ocultas. Hay muchas maneras. Una de ellas cuando se consultan brujos, hechiceros, se hacen conjuros, se participa en sesiones de espiritismo o quizá, se permiten riegos y amuletos sobre el cuerpo.
Lamentablemente dentro del pueblo cristiano hay quienes se niegan ante la realidad del mundo oculto. Como si se tratara de avestruces que esconden su cabeza en la arena, se sumergen en sus propias doctrinas y corrientes de enseñanza y desestiman aspectos relacionados con la lucha espiritual.
¿Qué dice la Palabra? Que el propio Señor Jesús enfrentó a Satanás. Y tuvo que salir de aquél chico.
¿Por qué no pudieron liberarlo los discípulos?
El versículo 41 del texto que estudiamos, dice que informado sobre la situación y la imposibilidad de los discípulos, de liberar al jovencito “Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.”
Algo que cuestionó fue justamente la incredulidad de ellos. Cuando no creemos, perdemos autoridad sobre el mundo de maldad. Es en fe, fruto de la fe y por fe es que ese poder glorioso de Dios se mueve en nosotros.
Ahora, hay otro hecho de significación que nos demuestra que sí se trataba del demonio y no de una epilepsia. Lo encontramos en el versículo 42: “Cuando éste se acercaba, el demonio lo derribó y lo hizo caer con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre.”
Satanás y sus huestes no pueden resistir ni la presencia de Dios ni de ninguno de sus siervos. El obrar del Señor Jesús trajo libertad al muchacho. “Y todos estaban admirados de la grandeza de Dios.”(versículo 43).
Usted puede ser libre
Quizá en el pasado tuvo contactos con el ocultismo. Inclusive, pudo tener amuletos o de alguna manera hizo pacto con las fuerzas del mal. ¿Es posible ser libre? Por supuesto. En Jesucristo. ¿De qué manera? Primero, reconociendo que en la Cruz el Señor Jesús murió por nuestros pecados, para hacernos libres. Segundo, aceptándolo como único y Suficiente Salvador, a quien le pertenecemos –no por obligación sino por acción voluntaria--. Tercero, renunciando en el nombre glorioso de Jesucristo a todo pacto o contacto que se haya hecho con el mal. Declarando que En Jesús se es libre.
No dudo que se romperán las cadenas. Usted nació para vivir en libertad, no bajo la opresión satánica.