LA GUERRA INVISIBLE
CONVIRTIÉNDONOS EN PARTE DEL EJÉRCITO DE DIOS
Todos los ejércitos en el mundo natural tienen procedimientos de admisión. Éstos son cosas especiales que se requiere que hagas en vistas a unirte a las fuerza.
¿Estás listo para convertirte en parte del ejército de Dios?
ENLISTÁNDOSE EN EL EJÉRCITO DE DIOS
OBJETIVOS:
Al concluir este capítulo serás capaz de:
n Escribir el versículo llave de memoria.
n Definir “arrepentimiento”.
n Explicar la importancia del arrepentimiento.
n Definir “conversión”.
n Explicar la importancia de la conversión.
n Definir “justificación”.
n Explicar qué significa ser “salvo”.
n Usar la parábola del hijo pródigo para describir el arrepentimiento y la conversión.
VERSÍCULO LLAVE DE LAS CLÁUSULAS DE LA GUERRA:
“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32)
INTRODUCCIÓN
En el último capítulo aprendiste de una gran guerra invisible en el mundo espiritual. En este capítulo aprenderás cómo enlistarte en el ejército de Dios. En el mundo natural, los ejércitos usualmente tienen rituales especiales de admisión en los cuales un posible soldado debe participar en vistas a unirse a las fuerzas. Esta “admisión” lo convierte en parte del ejército.
Dios también tiene un plan especial para la admisión mediante el cual te conviertes en parte de Su ejército espiritual. Su plan se centra en dos importantes conceptos, arrepentimiento y conversión, los cuales resultan en justificación.
ARREPENTIMIENTO
En el mundo natural, cuando un soldado se une a un ejército, él debe renunciar a cualquier filiación previa a otro ejército o país. Cuando te unes al ejército de Dios, debes arrepentirte de tu vínculo con el pecado y el Reino de Satanás. Esto se logra mediante el arrepentimiento.
El arrepentimiento es “un decisión interior o cambio de mente que resulta en una acción exterior de volverse del pecado a Dios y a la justicia”. Hechos 20:21 lo llama “convertirse a Dios”. Mediante el acto del arrepentimiento te vuelves de tu pecado y dejas el Reino de Satanás.
El arrepentimiento es una decisión personal de cambiar tu lealtad del Reino de Satanás al Reino de Dios. Este cambio de mente y volverse del pecado no puede ser hecho por ti mismo. Es el poder de Dios el que produce el cambio en la mente, corazón, y en la vida de un pecador:
“Entonces, oídas estas cosas, callaron y glorificaron a Dios, diciendo: —¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hechos 11:18).
El arrepentimiento es un don de Dios:
“A este [Jesús], Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados” (Hechos 5:31).
Aunque las emociones pueden estar involucradas en el arrepentimiento, el verdadero arrepentimiento es una decisión, no tan sólo una emoción. Sentir pena por el pecado y el derramamiento de lágrimas no es suficiente en sí mismo. Esto debe ser acompañado por una decisión interior que resulta en un cambio exterior.
LA IMPORTANCIA DEL ARREPENTIMIENTO:
El arrepentimiento es importante porque:
Dios lo ordena:
“Pero Dios, ...ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30).
Es necesario para evitar la muerte espiritual:
“Os digo: no, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3).
Es necesario para la vida eterna:
Mediante el arrepentimiento la pena de muerte es removida y la vida eterna es garantizada:
“Entonces, oídas estas cosas, callaron y glorificaron a Dios, diciendo: —¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hechos 11:18).
Es necesario para el perdón:
Dios no puede perdonar tus pecados a menos que te arrepientas:
“Pedro les dijo: —Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
Es el deseo de Dios para todos:
Dios no quiere que nadie experimente la muerte espiritual de separación eterna de Dios en el infierno:
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
Es la razón por la cual Jesús vino al mundo:
“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32).
Es necesaria para entrar en el Reino de Dios:
“Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: ¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!” (Mateo 4:17).
Cuando vienes a ser parte del Reino de Dios, te estás enlistando en el ejército de Dios.
CONVERSIÓN
Cuando pides el perdón de tus pecados experimentas la “conversión”. Conversión significa “volverse”. Cuando es usada en conexión con el arrepentimiento bíblico, significa “volverse del camino errado al camino correcto”. Dejas el Reino de Satanás y te unes al Reino de Dios.
“Hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor, su Dios” (Lucas 1:16).
“Y lo vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor” (Hechos 9:35).
“Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor” (Hechos 11:21).
Convertirse es volverse de la oscuridad del pecado a la luz de la justicia de Dios:
“... para que se conviertan de las tinieblas a la luz” (Hechos 26:18).
Es volverse del poder de Satanás a Dios:
“... para que se conviertan de la potestad de Satanás a Dios” (Hechos 26:18).
Es volverse de las cosas terrenales a las cosas espirituales:
“Y diciendo: ... que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo” (Hechos 14:15).
Es volverse de los falsos dioses al verdadero Dios viviente:
“Os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero” (1 Tesalonicenses 1:9).
LA IMPORTANCIA DE LA CONVERSIÓN:
La conversión debe acompañar al arrepentimiento. Debes volverte de lo incorrecto a lo correcto porque...
Es necesario para entrar en el Reino de Dios:
“Y dijo: —De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).
Te salva de la muerte espiritual:
“O sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados” (Santiago 5:20).
Es necesario para borrar el pecado:
Tu pecado está escrito en los registros de Dios hasta que te arrepientes y conviertes, entonces nuestros pecados son borrados:
“Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo” (Hechos 3:19).
EL HIJO PRÓDIGO
El arrepentimiento y la conversión son mejor ilustrados por una historia que Jesús contó sobre un hijo pródigo. Lee la historia en Lucas 15:11-24. Este hombre joven dejó su padre y su casa, se dirigió a una tierra distante, y debido al pecado desperdició todo lo que poseía. Eventualmente, este hombre luego se dio cuenta de su condición. Estaba hambriento, solo, en harapos, y atendiendo cerdos como trabajo. Luego tomó una importante decisión. Dijo, “me levantaré e iré a mi padre”. Esta decisión interior resultó en un cambio de sus acciones exteriores. Se dirigió a la casa de su padre en busca de perdón.
ARREPENTIMIENTO... EL CAMBIO DE MENTE:
Lee Lucas 15:17-19. El hombre joven se dio cuenta de su condición de pecado. Tomó la decisión de ir a su padre y arrepentirse de su pecado. Esto es un ejemplo de arrepentimiento, una decisión interior que redunda en una acción exterior.
CONVERSIÓN... ACTUANDO LA DECISIÓN:
Lucas 15:20 registra cómo el hombre joven se levantó y dejó su vieja vida y fue a su padre para comenzar una vida nueva. Esto es conversión.
EL HOMBRE PRÓDIGO:
El hombre es como el hijo pródigo. En su condición pecaminosa le ha vuelto la espalda a Dios su Padre y al Cielo su casa. Cada paso que toma es un paso lejos de Dios y un paso más cerca de la muerte espiritual de eterna separación de Dios. Existe una decisión mayor que debe tomar. Debe “venir a sí mismo” y reconocer su condición espiritual. Debe tomar una decisión que resultará en un cambio de dirección espiritual.
JUSTIFICACIÓN Y SALVACIÓN
Hay dos términos más usados en la Biblia que se relacionan con el arrepentimiento. Estos términos son “justificación” y “salvación”. Dios es el juez de todo el género humano. Cuando vives en pecado estás condenado delante de Él:
“El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:18-19).
Cuando te arrepientes del pecado y tomas la decisión de volverte de tus caminos pecaminosos, se establece una relación correcta con Dios. Esta relación correcta o estatus recto delante de Dios es llamado “justificación”:
“¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia” (Romanos 6:16-18).
Cuando eres justificado mediante el arrepentimiento y la conversión, eres “salvo” de una vida de pecado como así también del castigo del pecado. Esto es lo que significa ser “salvo” y de lo que la Biblia está hablando cuando usa el término “salvación”.
LA GUERRA ESPIRITUAL Y EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO
La materia de la guerra espiritual debe ser estudiada dentro del contexto del propósito total de Dios para la redención de la humanidad pecadora. Estudia las parábolas del sembrador y del trigo y la cizaña en Mateo 13. Ambas parábolas se refieren al crecimiento del Reino de Dios el cual ocurre mediante el plantar la Palabra de Dios. Las dos parábolas reflejan la guerra ente los dos reinos con la batalla centrada en los propósitos redentores de Dios.
Aprender de la guerra espiritual te prepara para entrar en la arena de este mundo y pelear por las almas de hombres y mujeres, niños y niñas. Por esto se les dio autoridad sobre Satanás a los discípulos antes de ser enviados a compartir el Evangelio (ver Mateo 28:18-20). Satanás y sus hordas de demonios pelearán contra ti en la medida que buscas ganar hombres para Cristo y traerlos bajo el gobierno de Dios. Emplear estrategias bíblicas de guerra espiritual te ayuda a desafiar los principados y poderes que gobiernan sobre las vidas humanas individuales, sociedades, y áreas del mundo.
ADMISIÓN DENTRO DEL EJÉRCITO DE DIOS
Arrepentimiento y conversión resultan en justificación y salvación. Este es el plan de Dios para la admisión dentro de Su ejército. Si todavía no has sido admitido en el ejército de Dios, la sección de “Maniobras Tácticas” de esta lección te proveerá la oportunidad para que te unas. Si ya eres un miembro del ejército de Dios, esta sección te asistirá a ayudar a otros a enlistarse.
¡Bienvenido al ejército de Dios!
INSPECCIÓN
1. Escribe el versículo llave de las Cláusulas de la Guerra.
2. Define “arrepentimiento”.
3. Explica la importancia del arrepentimiento.
4. Define “conversión”.
5. Explica la importancia de la conversión.
6. Define “justificación”.
7. Explica qué significa ser “salvo”.
8. Usa la parábola del hijo pródigo para describir el arrepentimiento y la conversión.
(Las respuestas se encuentran al final del último capítulo de este manual)
MANIOBRAS TÁCTICAS
1. ¿Te has arrepentido y convertido? Si no, necesitas detenerte ahora mismo en este estudio y hacer lo siguiente:
n Arrepentirte de tus pecados
n Pedirle a Jesús que te perdone.
n Aceptarlo como tu Señor y Salvador.
n Volverte de tus caminos pecaminosos (convertirte).
2. Como creyente, cuando pecas, debes también arrepentirte. Estudia los siguientes ejemplos bíblicos:
LOS CORINTIOS:
Los creyentes en una ciudad llamada Corinto tuvieron que arrepentirse:
“Ahora me gozo, no porque hayáis sido entristecidos, sino porque fuisteis entristecidos para arrepentimiento...” (2 Corintios 7:9)
“Pues me temo que cuando llegue,... quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado y no se han arrepentido de la impureza, fornicación y lujuria que han cometido” (2 Corintios 12:20-21).
LOS EFESIOS:
A los creyentes en Efeso se les dijo que se arrepintieran:
“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y haz las primeras obras, pues si no te arrepientes, pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar” (Apocalipsis 2:5).
LOS CRISTIANOS EN PÉRGAMO:
Dios les dijo a los cristianos en Pérgamo:
“Por tanto, arrepiéntete, pues si no, vendré pronto hasta ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca” (Apocalipsis 2:16).
LOS CRISTIANOS EN SARDIS:
“Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete, pues si no velas vendré sobre ti como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3).
LOS CRISTIANOS EN LAODICEA:
“Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto sé fervoroso y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:19).
Y QUÉ DE TI:
¿Existe pecado sin confesar en tu vida? Dondequiera que hay pecado, debe haber arrepentimiento:
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:8-9)
3. Puesto que el arrepentimiento es necesario para la salvación, Dios ideó un plan especial de tal manera de hacer posible que el mensaje de arrepentimiento alcance a cada uno. La llamada al arrepentimiento comenzó en el Nuevo Testamento con el ministerio del Juan el Bautista:
“Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas. Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados” (Marcos 1:3-4).
El arrepentimiento fue el primer mensaje que Jesús predicó:
“Después que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!” (Marcos 1:14-15).
El arrepentimiento fue predicado por los creyentes en la iglesia primitiva:
“Y, saliendo, predicaban que los hombres se arrepintieran” (Marcos 6:12).
“... testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hechos 20:21).
Hoy, los creyentes todavía tienen la responsabilidad de predicar el mensaje de arrepentimiento por todo el mundo. Jesús dio instrucciones finales a sus seguidores que...
“... y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lucas 24:47).
Cuando predicas el mensaje de arrepentimiento a otros, tú estás llamando a otros a enlistarse en el ejército de Dios. ¿ Tomarás el compromiso de reclutar a otros para este gran ejército espiritual?
4. Si eres responsable de compartir el mensaje de arrepentimiento y llamar a otros a enlistarse en el ejército de Dios, entonces debes saber cómo los hombres son persuadidos a arrepentirse. Los hombres se arrepienten a causa de:
LA BONDAD DE DIOS:
Las bendiciones de Dios en la vida de una persona no santa no deben ser confundidas con la aprobación de Dios de su estilo de vida. La bondad de Dios es una de las maneras en que el Señor apela a los hombres para que se vuelvan a Él.
“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y generosidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4).
PREDICACIÓN:
La predicación de la Palabra de Dios lleva a los hombres al arrepentimiento. La predicación de Jonás llevó a toda la ciudad de Nínive al arrepentimiento:
“Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron por la predicación de Jonás, y en este lugar hay alguien que es más que Jonás” (Mateo 12:41).
EL LLAMADO DE CRISTO:
En la medida que la Palabra de Dios es predicada, las personas escuchan y responden al llamado de Cristo que los lleva al arrepentimiento:
“... porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Mateo 9:13).
DIOS, EL PADRE:
Jesús dijo que nadie podía venir a Él a menos que el Padre lo llevara. Dios lleva a los hombres al arrepentimiento:
“Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae” (Juan 6:44).
REPRENSIÓN:
La reprensión lleva a los hombres al arrepentimiento. La reprensión es la corrección dada por la Palabra de Dios:
“¡Mirad por vosotros mismos! Si tu hermano peca contra ti, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo” (Lucas 17:3).
SANTAPENA :
Como aprendiste, el arrepentimiento puede estar acompañado de emociones. Emoción natural solamente no es verdadero arrepentimiento, pero la emoción santa guía al verdadero arrepentimiento:
“La tristeza que es según Dios [por el pecado] produce arrepentimiento para salvación...” (2 Corintios 7:10).
ENTRENAMIENTO BÁSICO
PREPARÁNDONOS PARA LA GUERRA
En el mundo natural ningún soldado es enviado a la batalla sin recibir primero entrenamiento básico. Este entrenamiento lo prepara para entrar en la zona de batalla