Siendo que Dios es un Dios de amor, Él creó a todos los seres con voluntad propia. Él no quiere siervos autómatas. Dios creó a Lucifer como el ángel más hermoso y de mayor rango entre los ángeles del Cielo. Lucifer significa "ángel de luz" (algunos le conocen como "luz de la mañana"). Lucifer codiciaba las alabanzas que Dios recibía y decidió que él quería ser Dios.
"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo" (Isaías 14:12-14).
Por tratar de llegar a ser como Dios, Lucifer se transformó en un diablo. Su orgullo fue un terrible pecado contra Dios. Un tercio de los ángeles del Cielo se unieron a Lucifer; por salir de la presencia de Dios el mismo carácter se les volvió infernal.
El infierno
El infierno es la tragedia eterna. Fue creado para Satanás y sus demonios, pero no para las personas. Después que el pecado entró en el mundo, cuando las personas que no son hijos de Dios mueren, se unen a estos malvados en el infierno.
"Y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno" (Lucas 16:22b-23).
Se le describe al infierno como el lugar donde los tormentos nunca acaban. Es para las personas Infernales, las personas que no aman a Dios. Es un lugar de fuego ardiente. Dios amó tanto al mundo que dio a Su Hijo unigénito, Jesucristo para morir por los pecados del mundo. Si las personas son tan orgullosas como para creer que no necesitan a Dios, y como para pensar que pueden vivir bajo sus propios poderes, entonces estas personas se están engañando a sí mismas y sufren del mismo mal del orgullo que causó la caída de Lucifer. Jesús no obliga a nadie a creer en Él; todos tenemos libertad para escoger.
El infierno es aislamiento. Las personas que dicen que quieren festejar con sus amigos en el infierno no saben de lo que hablan. El infierno va a ser el lugar más solitario. En Apocalipsis se le describe como la segunda muerte, una muerte terrible. También se le refiere como al lugar de inmensa oscuridad donde la luz de Dios no alumbra. ¿Acaso esto suena como un lugar bueno para festejar? Cada persona en el infierno será una persona que rechazó el amor de Dios y escogió la oscuridad.
Las palabras usadas para describir el infierno incluyen: tortura o tormento (Apocalipsis 20:10), inmensa oscuridad (Mateo 8:12; 22:13; 25:30), lloro y crujir de dientes (Mateo 8:12; 13:42; 22:13; 24:51; 25:30) y fuego eterno (Mateo 18:8; 25:41; Judas 7).
Investigue por pasajes bíblicos relacionados al infierno.
Satanás
Contrario a la opinión popular, Satanás no anda por el mundo con un traje rojo y un tridente en su mano. Es una persona real y activa. Belzebú, Belial, el adversario, el dragón, la serpiente, el príncipe de este mundo, el príncipe del poder del aire, el acusador de los hermanos, el tentador, el acechador, el destructor, el lobo, el ladrón, el padre de la mentira, el asesino, sembrador de la discordia, Satanás y diablo todos estos son algunos de los nombres que identifican a Lucifer, el ángel caído. Estas palabras describe su carácter. No nos debemos burlar de Satanás pero tampoco debemos adorarle. Él tiene todo el poder de un ángel pero sin el amor y la bondad.
Satanás es el engañador maestro. Se le llama el padre de la mentira y el dragón. Él ha existido desde antes de la fundación de la tierra. A diferencia de Dios, él no puede ver todas las cosas a la misma vez, ni puede estar en todo lugar a la misma vez. Aunque es poderoso, Dios es mucho más poderoso. Satanás tiene miles de siervos que hacen el trabajo por él. Él merodea alrededor de la tierra buscando a quién destruir.
El Apóstol Pedro nos advirtió: "Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8).
Juan 10:10 dice que: "El ladrón viene sino para hurtar y matar y destruir..." Satanás odia a todos y mayormente a los cristianos. El odiar es parte de su naturaleza.
Al morir en la cruz Jesucristo venció el infierno y la muerte; Él venció a Satanás de una vez y por todas. Esto significa que cuando morimos, podemos tener la esperanza de una vida eterna en el Cielo. Debido a la consecuencia del pecado, todos éramos destinados al infierno. La muerte de Jesús habilita a todos los que creen en Él ha tener un vida eterna. Su sangre nos redime de todo pecado. Satanás pensó que había ganado cuando Jesús fue crucificado, pero Jesús salió victorioso de la muerte. Jesús debía morir como el perfecto sacrificio por nuestros pecados (Juan 3:16). Es solamente asunto de tiempo hasta que Satanás sea echado al lago de fuego eterno. Algún día Satanás y todos los no creyentes tendrán que inclinarse ante Dios y adorarle.
En Apocalipsis 1:18, Jesús dice: "...el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo... Y tengo las llaves de la muerte y del Hades".
¡Hay una sola manera de escapar del infierno! Crea en Jesús. Confiese sus pecados a Jesús y pídale que le perdone y cubra sus pecados con Su sangre. Usted no perecerá sino que tendrá vida eterna en Jesús en el Cielo.Oprima aquí para orar la oración del pecador y escapar del infierno.
Los demonios
Los demonios son ángeles caídos culpables del gran pecado del orgullo. Ellos son la horda del Infierno. Ellos hacen todo el trabajo de Satanás. Ellos nunca mueren; cuando Jesús vuelva otra vez ellos serán echados al lago de fuego para siempre. Los demonios pueden fácilmente apegarse a las personas. A los demonios generacionales les gusta mantenerse en una línea familiar. Algunas veces podemos observar a una familia entera que sufre de los mismos problemas en cada generación. Esto normalmente es causado por demonios generacionales. Los espíritus típicos que las personas "heredan" son: el miedo a la oscuridad, el alcoholismo, lástima de sí mismo, adicción a las drogas, epilepsia, diabetes, rebeldía, orgullo, miedo, insuficiencia, condiciones nerviosas, terquedad, enfermedad mental, y muchas otras.
Los demonios pueden poseer a las personas, pueden causar enfermedades, ceguera, mudez, sordera [Mateo 4:23,24; 9:32,33; 12:22; Marcos 9:25].
También pueden causar demencia, manía y suicidio [Mateo 4:23,24; 17:14-21; Marcos 5:1-8; 9:20];
distribuir inmundicia [Lucas 4:36],
proliferar o crear lujuria [Juan 8:44; Efesios 2:1-3; 1 Juan 2:15-17]
y manifestar fuerza sobrenatural [Marcos 5:18].
Ellos van a tratar que usted les adore a ellos en vez de Jesucristo [Levítico 17:7; Deuteronomio 32:17; 2 Crónicas 1:15; Salmos 106:37; 1 Corintios 10:20; Apocalipsis 9:20].
Ellos engañan, mienten, practican la brujería, difunden falsas doctrinas [1 Timoteo 4:12; 1 Juan 4:1-6; 2 Reyes 22:21-24; 2 Crónicas 33:6; 1 Samuel 18:8-10].
Los demonios oprimen, son celosos, adivinan la suerte, roban, pelean, se posesionan del hombre, viajan e imitan a los muertos [Hechos 10:38; 1 Samuel 16:14; 1 Timoteo 4:1; Mateo 12:43-45; 13:10; Lucas 8:12; Efesios 4:27: 5:10-13; isaías 8:19; Deuteronomio18:11].
Pelean contra los cristianos, llevan enfermedades a aquellos que ellos poseen, influencian a las personas y tienen a los no creyentes de su lado [Efesios 2:1-3; 6:10-18; 1 Timoteo 4:1-5, 2 Pedro 2:10-12; Mateo 12:22; 17:15-18].
Miles de ellos pueden poseer a una sola persona a la misma vez [Marcos 4:1-18; Mateo 12:43-45].
Guerra espiritual
Todos los espíritus no importa cuál sea su rango, incluyendo al diablo, deben obedecer a Jesucristo. Usted puede orar firmemente: "¡Satanás, te ato por la sangre de Jesucristo. Y te ordeno que calles, que salgas, y que nunca vuelvas en el nombre de Jesús!".
La buena noticia es que por el poder y la autoridad de la sangre de Jesucristo, nosotros tenemos el poder para resistir al diablo. Santiago 4:7 nos dice: Someteos, pues a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros".